LA FORMACIÓN DEL CARÁCTER

Ramón Ballester, maestro, artista pintor, psicoterapeuta Gestalt, especializado en psicoterapia integrativa junto a Juan José Albert en Alicante, creador de la escuela de Gestalt en Girona y la escuela de arteterapia en Barcelona.

Maestro con grandes letras, maestro por la materia transformadora que imparte dentro de este postgrado, la formación del carácter, donde de forma teórico-practica nos zambullimos sin vuelta atrás en cómo se construyeron nuestros patrones de comportamiento, y es el teatro quien da la herramienta, quien hace posible que la teoría pase a ser experiencia vivida.

Por otro lado, Ramón es un maestro de la vida, su humanidad, su sencillez, su transparencia y su humor lo convierten en un excelente comunicador, apasionado por lo que imparte lleva al alumno como compañero de camino a su esencia, y lo deja ahí, consigo mismo, para que pueda desarrollar su propio darse cuenta.

¿Cuándo hablamos de la formación del carácter, a qué nos referimos?
A cómo aprendemos desde que nacemos, en los primeros 7 años de vida, a construir nuestra manera de relacionarnos con nosotros y con el mundo, una manera como digo construida, no genuina, una manera que evita el contacto con el dolor, con la frustración, con nuestra verdadera necesidad y nos perdemos en mecanismos de supervivencia en lugar de vivir.

“Comer sin ser comidos” como decía Juan José Albert, en la medida que vamos creciendo nos alejamos de la única fuente que nos da nuestra verdadera felicidad, El AMOR, y como consecuencia de este alejamiento, aparecen numerosos sustitutos, incluso filosofías espirituales sucedáneas que defienden un amor en la forma, pero no en la profundidad del ser, porque abrazar el amor también incluye la sombra, el conflicto, la confrontación, aceptar que crecer duele.

Las distintas etapas de la formación del carácter incluyen distintos periodos dentro del desarrollo infantil:

  • De 0 a 3 meses
  • De 3 meses a 9 meses
  • De 9 meses a 2 años
  • De 2 a 4 años
  • De 4 a 7 años

Cada uno de estos periodos encierra unas particularidades necesarias para la evolución del niño, cómo se han desarrollado en cada una de estas etapas la relación del niño con el entorno y sus cuidadores será determinante para la fijación del carácter.

Cuando de adultos hablamos de nuestra zona de confort no deja de ser el lugar de nuestro carácter, esa zona que nos aporta pero que también nos quita, los patrones de comportamiento que se nos repiten una y otra vez vienen marcados por el carácter.

El margen que tenemos de cambio no es muy grande esa es la verdad, son dos pasos para delante y en el mejor de los casos solo uno para atrás, pero si es cierto que el viaje en sí mismo del DARSE CUENTA es apasionante, cuando una ficha cae lo hace para siempre, no hay vuelta atrás, luego viene la dificultad de:      ¿Y qué hago ahora con esto?

Y es que una vez que empiezan los zapatos a cambiar de suela uno parece que olvidó como caminar, y se queda parado en el camino sin saber si ir hacia la derecha o la izquierda, ¡ir de lado o boca abajo! entra el vértigo y el miedo a no saber cómo encajar esta nueva situación donde lo conocido empieza a hablar de otra manera.

El afán de control y de evitación del vacío es sorprendente en todos nosotros, la dificultad de confianza en nosotros, en nuestros recursos y en el entorno es impresionante.

Hoy me llamaba una señora, (por favor anímense señores, les echamos de menos) para preguntarme por una clase abierta que voy a dar próximamente, bien, no sabéis las preguntas, que si hay contacto, sensualidad… que es eso de ropa cómoda, que si había gente apuntada, ¡y que no me daba su email! ¿Que os parece? ¿Como se queda una, o sea una servidora escuchando esto?

Os juro que estuve a punto de decirle: ¿señora usted con el control como se lleva? 

Esta anécdota va a exponer el hilito de aire que cogemos para vivir, ¡respiramos poco coño! Con perdón del coño, y no es por hacer más senderismo que respiremos mejor, sino por tomar de la vida lo que nos da.

El módulo de la formación del carácter es apasionante, desde el comienzo de Teatro y Transformación quería que en el postgrado tuviéramos la oportunidad de contar con Ramón.

Conocí este trabajo a través de su creador Juan José Albert y para mí fue un antes y un después, fue un proceso de cuatro años y medio en el cual aprendí muchísimo de mí y del ser humano.
Cuando empiezas a entenderte y a entender al otro creo que es el único camino verdadero hacia el amor.

Agradezco que podamos contar en Teatro y Transformación con Ramón Ballester para que los alumnos del Postgrado tengan esta oportunidad.

¡Hasta la próxima semana!

Gloria López

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