La película de Peter Pan nos muestra dos modelos de comportamiento, el de Peter Pan más común entre los hombres, que sería el de aquel hombre que no quiere dejar de ser niño, véanse esos maravillosos hombres divertidos con los que está genial buscar un momento de improvisación y de locura pero ¡Ay! si les proponemos un proyecto de futuro, el compromiso con el día a día y vivir todos los inconvenientes de lo cotidiano, el globo de desinflara y nos quedaremos solo con el traje, son los eternos “Peter Pan” que no quieren crecer ni dejar el país de “Nunca jamás”.
Pudiéramos pensar que estos hombres que parecen querer pasar de puntillas, que te das la vuelta y al primer conflicto desaparecen, que les aterra la palabra compromiso no tuvieran deseos de amar, sin embargo, debajo de esta aparente indiferencia se esconde un terror inmenso al dolor y por consiguiente al amor, es por esto que como Peter Pan quedan atrapados en la idea loca de que un hada, porque no es una mujer, es un hada lo que buscan, aparecerá un día y sabrá entenderle, adivinar sus deseos, sus cambios de humor, será siempre amable, tierna y compasiva sencillamente porque le ama y nunca le abandonará.
¡Ajá! Y entonces aparece Wendy, ¿Quién es Wendy? Es aquella mujer tan enamorada del sueño de Peter Pan que se olvida de ella misma, o lo que es lo mismo, se identifica tanto con lo que dar que ella desaparece.
Aquí viene el pastel porque claro Peter Pan queda prendado de Wendy por todo lo que ofrece, modelo exacto de lo que busca, y Wendy ve en Peter Pan el ser perfecto al que cuidar para no ocuparse de ella misma y de paso no dejarle crecer.
Los primeros momentos son maravillosos, ya sabemos, vuelan juntos por el cielo, visitan el País de nunca jamás y se enfrentan al capitán Garfio, un sinfín de aventuras con la intensidad y el estímulo como compra venta de sueños e ilusiones.
Ayyy pero cuando vienen las vacas flacas que diría aquel … la realidad se impone y es cansado por no decir agotador estar siempre al servicio del otro olvidándose de una misma y es también agotador andar evitando el dolor y escapando a la primera de cambio que el panorama no es el esperado…
Peter Pan y Wendy tienen, bajo mi punto de vista, dos posibilidades:
Una, que Wendy vuelva por la ventana a su casa y el otro emprenda rumbo por donde vino.
Otra, bajar ambos a la realidad compartiendo y escribiendo en un pergamino, muuuy largo, líneas de amor que los dos se comprometen a cumplir para seguir juntos y si es posible, solo posible, comer y cenar perdices y ser felices por siempre jamás.
¿CÓMO SE ENCUENTRAN WENDY Y PETER PAN?
Como en la vida, Wendy y Peter Pan se encuentran buscando formas de encuentro y de bienestar para ambos y ¡no es tarea fácil!
Peter Pan y Wendy decidieron estos cinco puntos de líneas de amor como primordiales:
- Cuidar los encuentros y las despedidas.
- Si uno necesitaba irse, marchar con la promesa de cuando volver.
- ¡Tener un encuentro mínimo a la semana solo para divertirse!
- Regar y mimar una misma planta y conocer el jardín de cada uno.
- Expresar sus miedos, sus anhelos, sus sueños en un susurro, solo para ellos.
Y ahí andan… a veces volando y otra cerquita del suelo…
Y colorín colorado este cuento se ha acabado
¡Gracias siempre por estar ahí!
¡¡Abrazos!!
Gloria López