No sé si os habéis dado cuenta de lo que hace nuestro CUERPO cuando vamos andando por la calle, si prestáis atención somos como pequeñas medusas internas que se mueven en pequeñísimas contracciones cuando nos cruzamos con alguien, cuando suena un claxon, cuando nos encontramos con un conocido por la calle… El cuerpo tiene memoria, registra cada pequeño suceso, sensación, o vivencia y le produce un sinfín de emociones distintas, esto ocurre desde que nacemos.
Cuando vemos a alguien caminar, sus pasos, su forma de moverse, la forma de su espalda, sus hombros, las manos, la posición de la cadera… nos está hablando de una forma de ser, de una forma de vivir las emociones, de vivencias pasadas que conforman un estar en la vida.
Que no damos demasiada atención al cuerpo es algo que escuchamos, que sabemos, pero no tenemos una autentica cultura de conocer nuestro cuerpo, de escucharlo, de reconocer sus señales como lugar inequívoco a través del cual sería más fácil decidir que queremos y que no queremos, que nos hace bien y que no, donde radica nuestro bienestar y con que mochila venimos, con que miedos, con que renuncias y con que deseos.
Cuando empecé a trabajar el cuerpo hace años me sorprendió como el trabajo corporal podía traer, sin pasar por la mente, tanta memoria emocional, como liberar la energía a través de la expresión y acercarse a lugares de máxima tensión y relajación corporales producía momentos de liberación tan profundos.
Desdeñamos lo que nos dice el cuerpo y priorizamos la mente, el cuerpo está mucho más cerca de nuestro corazón de lo que imaginamos, abrir el cuerpo es abrir nuestra alma, de ahí que tenga un lugar sagrado en nuestras vidas.
A continuación te indico cinco formas de atender tu cuerpo, hazlo durante tres semanas, combate viejos patrones sin buscar atajos, no los hay, desarrolla tu bienestar e irrádialo, ¡es lo mejor que podemos hacer por nosotros y por los demás!
INTENTA no hacer dos cosas a la vez! Esto va para todo pero especialmente si estas comiendo estate presente, es un momento de alimentar el cuerpo, cuida ese momento, hazlo bonito, rodeándolo con pequeños detalles, por ejemplo como llenas tu plato?
PROCURA dedicar al menos tres momentos al día para pararte y registrar como esta tu cuerpo, donde hay tensión, como se siente…
RELAJA el cuerpo antes de dormir, si estas acompañado, pídelo, os podéis ayudar mutuamente, si no no pasa nada, estas contigo, la caricia es importante, es una forma de darte afecto y de acompañarte.
ENERGETIZA tu cuerpo a la mañana, música, baile, meditaciones activas… colócate en un lugar de energía, de recibir el día, hazlo antes de desayunar y bebe abundante agua! ¡Tu piel también lo agradecerá!
ESCRIBE lo que tu cuerpo te dice, ante un momento de conflicto, respira y escucha tu cuerpo, escribe tus sensaciones y date tiempo a interpretar sus señales, de que te habla, que te pide, dale las gracias, dale a tu cuerpo el lugar que merece, al fin y al cabo, ¡nos acompaña toda la vida!
¡Hasta la próxima semana!
¡Gracias por estar ahí!
Un abrazo,
Gloria